Después de toda la explosiva noticia el año anterior con los
defectuosos Note 7, el cual sin razón aparente se prendían (en mala onda, diría
yo), de acuerdo con una investigación interna realizada por la misma Samsung,
nos cuentan que el principal problema fue la batería algo que ya se venía
anticipando.
El problema con la primera versión del dispositivo tenía la
denominada batería A, hecha por la subsidiaria Samsung SDI, y dentro era que la
pila del electrón negativo tenía un ligero doblez, lo que daba como resultado
que los electrodos positivos y negativos se juntaran, induciendo un corto
circuito, lo que llevaba a que el teléfono se prendiera en llamas.
Todo porque Samsung intento colocar una batería de 3500 mAh
un equipo de tan solo 7.9 milímetros de espesor.
Mientras que la segunda versión del Note 7 tenía una batería
distinta, de otro fabricante, Amperex Technology y que en teoría resolvería el problema,
pero que las investigaciones demostraran que tenían rebabas de soldaduras
anormales en el electrodo positivo, las cuales causaran un contacto directo de
ambos electrodos, provocando nuevamente los mismos problemas.
Para sacar todas estas conclusiones, se requirieron de 700
investigadores e ingenieros los que probaron más de 200 mil dispositivos y 30
mil baterías para lograr replicar el problema, además Samsung llamó a tres compañías
externas, UL, Exponent y TUV Rheinland, para poder lograr concluir las investigaciones
del Note 7.
Además Samsung dijo que tratará de utilizar el incidente
como una oportunidad de mejoras en las baterías a lo largo de la industria tecnológica,
así como aumentar los estándares, y como consecuencia del problema el
fabricante agregara un nuevo programa de ocho pasos, 8 Point Battery Safety
Check, el cual incluirá pruebas de durabilidad, inspección visual, rayos X, de
carga y descarga, detección de fugas, desmontaje, uso acelerado y comparación de
voltaje de la batería, con el objetivo de que esto no vuelva a suceder.
Hasta el momento la tasa de devolución del equipo se encuentra
en un 97% y todo el incidente deja una pérdida operativa de hasta 5.3 millones
de dólares para la compañía.
Según Samsung, solo
el 1% de los 3 millones de dispositivos vendidos eran defectuosos, pero no decidieron
correr el riesgo a que su imagen se siguiera quemando y desde luego no causar más
accidentes y por dicho motivo realizo una recolección total del Smartphone.
Y para el próximo dispositivo, todos nuestros ojos estarán muy
atentos a lo que pueda suscitarse y que no comentan el mismo error.